Las Fiestas Patrias llegaron a su fin, y con ello, la culminación de varios días de festividades y, para muchos, de excesos culinarios. Anticuchos, choripanes, empanadas, asados, terremotos, mote con huesillo; la lista de delicias consumidas en esta época es interminable. Sin embargo, para algunos, estos momentos de celebración vienen acompañados por el clásico sentimiento de arrepentimiento.
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El 18 de septiembre es una festividad en la cual muchos se liberan de restricciones alimenticias y se entregan al placer de la gastronomía. El resultado de esta indulgencia a menudo lleva a la preocupación por los excesos cometidos.
Ante este escenario, expertos en psicología de la alimentación hacen un llamado a tomar medidas con calma y sin angustias. El psicólogo, Enzo Arias, asegura que lo más importante es abordar el cambio conductual de manera gradual y serena. En lugar de tomar decisiones repentinas y drásticas, se recomienda que las personas adopten una aproximación más tranquila hacia la gestión de su alimentación.
Este enfoque gradual permite a las personas hacer ajustes más sostenibles en sus hábitos alimenticios y evitar caer en patrones de dieta extrema. En lugar de sentirse culpables por los excesos de las festividades, se alienta a las personas a reflexionar sobre sus elecciones alimenticias y a realizar cambios de manera progresiva para lograr un equilibrio más saludable.
