En un paso significativo para la investigación científica nacional, el Instituto Antártico Chileno (INACH) concretó el primer despliegue de prueba de su nuevo planeador submarino (glider) en el estrecho de Magallanes. Este moderno equipo, clave para recopilar datos oceanográficos del océano Austral, será protagonista en las próximas expediciones científicas antárticas del INACH.
El despliegue formó parte de un curso intensivo de formación realizado en Punta Arenas entre el 4 y el 8 de noviembre, impartido por Alseamar, fabricantes del glider, junto con el apoyo de la empresa Casco Antiguo. El entrenamiento estuvo dirigido al personal del INACH y del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), enfocándose en el uso, mantenimiento y pilotaje del equipo.
La Dra. Lorena Rebolledo, oceanógrafa y líder del proyecto Fondequip-Mediano nº 220014, destacó la relevancia del glider, adquirido gracias a una inversión de 355 millones de pesos financiados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). “Es el primer glider chileno que operará en la Antártica y una herramienta clave para obtener perfiles en tiempo real de la columna de agua, tanto en el estrecho de Magallanes como en el continente blanco”, explicó.
Con una longitud de casi tres metros y un peso de 60 kilos, el glider funciona como un dron submarino autónomo, diseñado para medir parámetros como temperatura, salinidad, oxígeno, clorofila-a y corrientes marinas hasta los mil metros de profundidad. Este equipo se comunica vía satélite utilizando la red Iridium, lo que permite transmitir datos en tiempo real y localizarlo con precisión a través del sistema Argos.
Francisco Santa Cruz, investigador del INACH, resaltó su capacidad para monitorear las zonas sensibles al cambio climático. “El glider permitirá analizar las variaciones de estos parámetros durante el año y determinar su relación con el cambio climático”, afirmó.
Antes de su despliegue definitivo en la Antártica, el glider pasará por una fase de pruebas en el estrecho de Magallanes. Según la Dra. Rebolledo, el objetivo es adquirir experiencia operativa para utilizarlo en la próxima Expedición Científica Antártica (ECA 62), en áreas estratégicas como la bahía Fildes o cercanas a colonias de pingüinos.