En un evento cargado de emotividad y solemnidad, más de 800 jóvenes soldados, tanto hombres como mujeres, dieron un paso significativo en sus vidas al realizar el juramento a la bandera. Este acto de compromiso y lealtad, que tuvo lugar en Punta Arenas, marca un hito importante en la vida militar de estos conscriptos voluntarios.
El juramento a la bandera, considerado uno de los momentos más trascendentales para aquellos que eligen servir a su país, atrajo a una multitud de espectadores que acudieron a presenciar este acontecimiento histórico. Familiares, amigos y miembros de la comunidad se congregaron en un acto de apoyo y reconocimiento a estos jóvenes soldados, quienes manifestaron su disposición de darlo todo por su patria.
La ceremonia fue testigo de la diversidad de aspiraciones y vocaciones de los soldados conscriptos. Algunos expresaron su deseo de especializarse en artillería, otros en telecomunicaciones, y hubo quienes manifestaron su anhelo de formar parte de unidades de combate especial. Asimismo, algunos aspiran a ingresar a la universidad o a integrar otras fuerzas militares. Sin embargo, todos estos jóvenes estuvieron unidos por el evento que tuvo lugar este domingo: el juramento a la bandera como soldados conscriptos.
El encuentro resultó especialmente emotivo para las familias de los más de 500 jóvenes presentes. Tras un largo tiempo separados, pudieron reunirse y ser testigos del compromiso y sacrificio que sus seres queridos asumen al ingresar al servicio militar. La ocasión fue propicia para fortalecer lazos familiares y reencontrarse en el rincón más austral del mundo mientras se juraba lealtad a la patria.
El juramento a la bandera no solo marcó el inicio de una nueva etapa en la vida de estos soldados, sino que también consolidó su pertenencia a la institución militar y su compromiso con el país.
