Con una temperatura de -4°C, la caleta de pescadores de Barranco Amarillo, en Punta Arenas, fue escenario este 29 de junio de la tradicional conmemoración de San Pedro y San Pablo, una festividad profundamente ligada al mar y al oficio pesquero.
La jornada comenzó con una eucaristía en honor a San Pedro, patrono de los pescadores, y continuó con una procesión en la que se recorrió el sector acompañado de la imagen del santo.
Uno de los momentos más emotivos fue la navegación por el estrecho, donde el obispo de Punta Arenas dirigió una oración por los pescadores fallecidos, en un gesto simbólico de memoria y recogimiento.
La actividad, a pesar del frío intenso, reunió a familias, trabajadores del mar y vecinos, que año a año mantienen viva esta celebración que une la fe, la cultura y el respeto por la vida en el mar.