Después de las vacaciones de invierno, la circulación de virus aumenta, exponiendo más a los niños a enfermedades respiratorias. Es común que al volver al colegio el número de personas resfriadas se vea incrementado, sobre todo debido a las aglomeraciones. Por lo tanto, la prevención es fundamental en este contexto. Según el último informe del Instituto de Salud Pública (ISP), en la última semana de junio, cuatro virus circularon con mayor fuerza: virus respiratorio sincicial, rinovirus (resfriado común), metapneumovirus e influenza tipo A.
La Dra. Lorena Tapia, infectóloga pediátrica de Clínica Universidad de los Andes, entrega recomendaciones para evitar problemas de salud asociados a estos virus: “Existen medidas preventivas que ayudan por un lado a no contagiarse y a no sufrir cuadros graves por estas enfermedades, como la bronquitis o neumonía”.
Una de las maneras más efectivas de prevenir la propagación de virus respiratorios es el lavado de manos. Al hacerlo con agua y jabón, se eliminan los agentes infecciosos y partículas virales que pueden haberse transferido desde superficies contaminadas como teléfonos, pasamanos y manijas. Esta práctica reduce significativamente la probabilidad de que microorganismos entren en el cuerpo a través de la boca, la nariz o los ojos.
La vacunación es esencial para prevenir el contagio de muchas enfermedades. Las vacunas estimulan el sistema inmunológico, permitiéndole reconocer y combatir a los virus. Al inocularse se reduce significativamente el riesgo de infección y de desarrollar síntomas graves en caso de enfermarse. “Además, la vacunación contribuye a la inmunidad colectiva, protegiendo a quienes no pueden vacunarse, y a disminuir la circulación de virus, ayudando a controlar brotes y prevenir su propagación”, añade la especialista.
Una ventilación adecuada en espacios interiores, como las salas de clases, oficinas, habitaciones y espacios comunes dentro del hogar, es crucial para prevenir la propagación de estos virus. Por esto, es importante que en los colegios, los profesores y alumnos trabajen en conjunto, preocupándose de que las ventanas estén abiertas.
Las mascarillas actúan como una barrera física que reduce la emisión e inhalación de partículas virales. Cuando una persona infectada habla, tose o estornuda, libera fluidos que pueden contener virus. Esta herramienta de cuidado ayuda a contenerlos y minimiza su dispersión en el aire. Además, protegen a quienes las usan de inhalar partículas virales presentes en el ambiente.