En Villa La Molinera, una emergencia comunal movilizó a los residentes para resolver un problema que amenazaba con paralizar la vida diaria. Tras la rotura de dos medidores de agua, las calles se inundaron, convirtiendo el agua estancada en hielo debido a las bajas temperaturas. Este escenario hizo que el tránsito vehicular fuera completamente imposible.
Ante esta situación crítica, aproximadamente 46 familias residentes en el área decidieron unirse en una iniciativa comunitaria sin precedentes. En primer lugar, improvisaron soluciones locales para retirar parte del hielo acumulado en las vías. Sin embargo, al ver que la magnitud del problema requería de herramientas más potentes, los vecinos organizaron un esfuerzo conjunto para contratar una retroexcavadora que pudiera remover eficazmente la nieve y el hielo acumulados.
Profundos baches y pequeños caudales habían convertido las calles en obstáculos casi infranqueables para los vehículos.
La operación de limpieza y despeje de las vías, que inicialmente parecía una tarea costosa para los vecinos, se materializó gracias al generoso aporte de una empresa privada, que decidió apoyar la causa con una donación voluntaria.