Científicos chilenos implementan sistema de vigilancia para Influenza Aviar en la Antártica

La iniciativa comenzó en diciembre de 2024 con la instalación de dos laboratorios en las bases Escudero y O'Higgins.

Un equipo de científicos chilenos ha logrado implementar un pionero sistema de vigilancia para la detección de la Influenza Aviar Altamente Patogénica (HPAI) H5N1 en el territorio antártico. Este proyecto, respaldado por el Instituto Antártico Chileno (INACH) y la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile (FAVET UChile), busca establecer capacidades de monitoreo y diagnóstico en tiempo real, permitiendo la prevención y control de esta enfermedad viral que afecta a aves y mamíferos marinos.

La iniciativa comenzó en diciembre de 2024 con la instalación de dos laboratorios en las bases Escudero y O'Higgins, ubicadas en zonas de difícil acceso bajo condiciones climáticas extremas. Los investigadores, liderados por Marcelo González (INACH) y Víctor Neira (FAVET UChile), lograron implementar equipos avanzados de PCR en tiempo real, permitiendo detectar con rapidez la presencia del virus en las muestras recolectadas.

El equipo de trabajo está conformado por estudiantes y profesionales previamente capacitados en diagnóstico molecular, entre los que destacan Matthias Cabrera y David Gajardo, quienes estuvieron a cargo de la instalación y operación de los laboratorios.

Uno de los descubrimientos más importantes fue la detección de dos casos positivos de HPAI en un lobo fino antártico, un mamífero que no es comúnmente identificado como portador del virus. La muestra, tomada cerca de la Base O'Higgins, presentó una alta carga viral, resaltando la necesidad de continuar con el monitoreo activo en la región.

Además, se recolectaron muestras de diversas especies de pingüinos, Skuas y mamíferos marinos, algunas de las cuales también arrojaron resultados positivos. En la Base Escudero, se identificaron Skuas muertas infectadas con el virus, lo que refuerza la preocupación por la propagación de la enfermedad en la fauna local.

Este esfuerzo de vigilancia no se limita solo a las bases chilenas. En conjunto con grupos de investigación internacionales, como el proyecto RT-08-21 y el trabajo de la Dra. Gabriela Muñoz del NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.), se han expandido las áreas de muestreo, permitiendo un monitoreo más preciso y exhaustivo. "Lo que estamos haciendo en la Antártida tiene un impacto global. La influenza aviar representa una amenaza para toda la fauna, y comprender su propagación en un ecosistema tan aislado es clave para prevenir futuros brotes en otras regiones", destacó Víctor Neira, líder del proyecto y vocero de Colmevet.

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