En respuesta a una solicitud de la población penal femenina del Complejo Penitenciario de Punta Arenas, se realizó un taller de maquillaje que se ha destacado por su impacto positivo en las internas. El taller, impartido por Junger Gómez Miranda, profesional del maquillaje y psicopedagogo de la región, ha ofrecido una valiosa oportunidad para el desarrollo personal y la preparación para la reinserción laboral.

Esta iniciativa ha demostrado ser un significativo aliciente para las mujeres privadas de libertad, al alinearse con sus necesidades y proporcionar un aporte tangible a su bienestar. Además, el taller ha abierto posibilidades para que las participantes consideren el maquillaje social como una alternativa laboral viable una vez que hayan cumplido sus condenas.
Gómez Miranda, quien impartió el taller de manera gratuita gracias a la invitación de la Seremi de Justicia y Derechos Humanos, Michelle Peutat, destacó la importancia de estas actividades: “La idea de este taller es que ellas puedan desconectarse un poco y salir de este espacio de manera subjetiva, pero también para que, al salir del recinto, puedan ejercer un oficio a través del maquillaje, quizás de manera más integral y buscando otras formas de capacitación”, explicó el tallerista.

La Seremi Michelle Peutat agradeció y destacó el compromiso de los miembros de la comunidad de Magallanes que aportan sus conocimientos para la reinserción de las personas privadas de libertad. “Incluso luego de esta experiencia, otras personas se han ofrecido para realizar talleres gratuitos en la unidad penal, lo que demuestra un gran interés por trabajar con los internos y ofrecerles herramientas y momentos de bienestar”, señaló Peutat. Además, subrayó que este taller no solo proporcionó técnicas de maquillaje, sino que también contribuyó a la salud mental de las participantes.
La actividad fue elogiada por la cabo 2° Cindy Vera Cornejo, gendarme de la Sección Femenina, quien resaltó los beneficios de estas iniciativas: “Estas actividades son muy beneficiosas, ya que sacan a las internas del régimen cotidiano, las distraen y les ayudan a trabajar el amor propio. Les permite verse más bonitas, disfrutar un poco más de sí mismas y mantener su esencia como mujeres mientras están recluidas”.
Por su parte, Valeska Segovia, una de las internas, expresó su entusiasmo y gratitud: “Esto es muy importante para nosotros. Estamos muy agradecidas y nos interesa mucho como mujeres, aunque estemos privadas de libertad. Está excelente, y estamos felices y contentas”.