El lunes 27 de mayo se conmemoró el 55° aniversario de la Base Aérea Antártica Presidente Eduardo Frei Montalva, en una ceremonia presidida por el Comandante de la Unidad, Comandante de Grupo (A) Fernando Fontt. El evento contó con la presencia de diversas autoridades, incluidos el Gobernador Marítimo de la Antártica Chilena, el Capitán de Puerto de Bahía Fildes, el jefe del Aeródromo Teniente Marsh, y los comandantes de las Bases Científicas Antártica Artigas de Uruguay, Científica Carlini de Argentina, Bellingshausen de Rusia, King Sejong de Corea del Sur y Great Wall de la República de China. También asistieron Oficiales, el Personal del Cuadro Permanente y el Personal Civil.
Durante la ceremonia, se reconoció como Mejor Profesional Militar al Cabo 1° Nicolás Urriola y como Mejor Profesional Civil al Personal a Contrata Matías Lagos. Además, el Sargento 2° Marcelo Tapia y el Suboficial Carlos Pavéz fueron distinguidos como Mejor Deportista y Mejor Compañero, respectivamente. Se entregaron condecoraciones por 10 años de servicio al Teniente (A) Nicolás Ramírez y al Cabo 2° Manuel Pontigo, ambos comisionados en la Antártica.
El Comandante Fontt destacó en su discurso el esfuerzo continuo en la recuperación y mantenimiento de la infraestructura e instalaciones de la Base, señalando: “Es importante destacar el sobresaliente trabajo realizado en la recuperación y mantención de la infraestructura e instalaciones de la Base, tanto por el personal de dotación como por quienes vienen a apoyarnos en el periodo estival. Todo lo anterior son esfuerzos que contribuyen y reafirman el compromiso institucional con el interés fundamental del Estado de Chile de mantener una presencia activa en el Territorio Antártico, junto al permanente apoyo a la ciencia y a la exploración científica con fines de paz”.
La Base Aérea Antártica Presidente Eduardo Frei Montalva fue creada a través de la Orden N°3.207 del Ministerio de Defensa el 22 de mayo de 1969, y es administrada por la Fuerza Aérea de Chile a través de la IVª Brigada Aérea. Con el tiempo, la Base Frei se ha convertido en la infraestructura icónica de la presencia chilena en el continente blanco, siendo la puerta de entrada y salida a la Península Antártica y el punto más cercano del territorio americano.
Esta base es la de mayor envergadura del territorio antártico nacional y permite la realización de actividades científicas en diversos ámbitos, como la exploración geológica, estudios químicos de la tropósfera, así como el monitoreo de neutrones y el flujo de rayos cósmicos. La presencia permanente de una aeronave DHC-6 Twin Otter y un helicóptero Bell-412 permite realizar operaciones de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR) y evacuaciones aeromédicas durante todo el año, con tripulaciones altamente entrenadas para operar en una de las condiciones climáticas y geográficas más extremas del planeta.
