En un ambiente de gran regocijo y fervor religioso, una multitud de fieles católicos se congregó este domingo para llevar a cabo la tradicional procesión en honor a Jesús de Nazareno, marcando el emotivo cierre de su novena.
Con la imagen de Jesús de Nazareno y la Virgen Dolorosa en sus manos, los devotos recorrieron las calles con profundo respeto y devoción. La procesión siguió un itinerario significativo, transitando por la Avenida Circunvalación al sur, Gaspar Marín al oriente, José Victorino Lastarria al norte, Pedro Bórquez al poniente y finalmente regresando al santuario a través de la Avenida Circunvalación.
La solemnidad de la ocasión se vio enriquecida por la presencia de la comunidad católica, que se unió para expresar su fe y conexión con esta venerada tradición. La procesión, un acto de profunda espiritualidad, simbolizó la devoción de los creyentes hacia Jesús de Nazareno y su madre, la Virgen Dolorosa.
Este evento anual no solo fortaleció los lazos entre los fieles y su fe, sino que también resaltó la importancia de mantener viva una tradición arraigada en la comunidad. La procesión de Jesús de Nazareno no solo es un acto de religiosidad, sino también un testimonio de unidad y cohesión en la comunidad católica que encuentra en este ritual un momento de reflexión y comunión espiritual.
