La radiotelefonía magallánica está de luto por el fallecimiento de Aladino Cárcamo, una verdadera leyenda que dejó una marca indeleble en el mundo de las ondas. Con una carrera que se remonta a 1956 en Radio Polar, y posteriormente en emisoras insignia como Voz del Sur, Constelación y Presidente Ibáñez, su legado perdurará como una joya en la historia radial.
José Aladino Cárcamo Barría, hijo de Misael Cárcamo y Guillermina Barría, vio la luz un 17 de julio de 1942 en Misquihué, un rincón de la comuna de Maullín en la Región de Los Lagos. Sin embargo, su hogar pronto se trasladó a Punta Arenas, donde junto a sus cinco hermanos, comenzaría a escribir su historia.
Las vueltas de la vida llevaron a Aladino a elegir vivir con su padre, un hombre de campo en la estancia Punta Delgada, después de la separación de sus padres. Un detalle que marcaría su camino en la industria radiofónica.
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Su destino parecía inclinarse hacia la mecánica, pero el llamado de la radio resonó más fuerte. A los tiernos 12 años, Aladino ingresó a Radio Polar como mozo. Su tarea matutina de encender calentadores para preparar el estudio antes de que Jorge Babarovic entrara a dar las noticias, lo introdujo en un mundo de calor y pasión por la radiodifusión. Fascinado por los controles radiales, Aladino recibió la tutela de "Cocho" Cárcamo y Eliecer Alvarado, quienes le enseñaron los secretos de las ondas.
Polar Comunicaciones se une al duelo de su partida y extiende sus condolencias a la familia de Aladino Cárcamo. Su legado perdura en cada frecuencia que tocó y en los corazones de quienes tuvieron el honor de trabajar junto a él.
La partida de Aladino Cárcamo deja un hueco en la radiotelefonía magallánica, pero su voz resonará eternamente en las memorias de quienes sintonizaron sus programas y compartieron su pasión por las ondas.