En la tarde del miércoles, los trabajadores de la Casa del Samaritano, administrada por Fide XII, llevaron a cabo una movilización en protesta por el constante atraso en el pago de sus remuneraciones y cotizaciones, una situación que los afecta desde hace más de un año. Según denuncian, el último sueldo recibido corresponde a agosto, y no han obtenido respuestas claras ni soluciones efectivas por parte de su empleador, lo que ha generado un clima de incertidumbre y frustración.
Camila Gallardo, quien trabaja en la Casa del Samaritano desde hace más de dos años, expone que “hace un año comenzamos a vernos afectados por los atrasos en los sueldos. Nos dan respuestas que son erróneas o falsas. Nos dicen que pagarán durante la semana, pero no lo hacen. No responden correos ni llamadas. Nos prometieron transparencia, pero no ha sucedido”.
El descontento no se limita al pago de sueldos, ya que los trabajadores también enfrentan problemas con sus cotizaciones impagas, lo que ha generado dificultades con sus seguros y beneficios. Gallardo menciona que “hay compañeros que llevan un año con cotizaciones impagas”, y detalla que algunos no pueden solicitar un bono de Fonasa debido a bloqueos en su situación. “Quise pedir un préstamo, pero no puedo porque las cotizaciones no están al día”, añade.
Un caso preocupante es el de una funcionaria que ha tenido licencias durante su embarazo y no ha recibido el pago correspondiente, lo que genera temor sobre posibles problemas en su pre y postnatal.
Además de las dificultades financieras, los trabajadores denuncian la falta de insumos necesarios para llevar a cabo su labor en el cuidado de adultos mayores, un grupo altamente vulnerable que depende de su apoyo. “Nos faltan recursos de enfermería, insumos de aseo y hasta productos básicos de alimentación”, señala Gallardo.
Aproximadamente 40 trabajadores se ven afectados por esta situación, y Fide XII ha afirmado no contar con los fondos necesarios para resolver los problemas. Los empleados critican la falta de transparencia en la gestión de la administración y hasta ahora han recibido nulas respuestas por parte de Fide XII. La incertidumbre crece mientras continúan luchando por recibir lo que les corresponde y por asegurar el bienestar de los adultos mayores a su cargo.
La situación financiera de Fide XII es compleja y no solo impacta a la Casa del Samaritano, sino también a otras residencias y programas, como las residencias calle y el Eleam Cristina Calderón. Sin embargo, lo que más preocupa a los trabajadores es la falta de intervención efectiva por parte de las autoridades competentes.
La residencia de calle Balmaceda, anteriormente conocida como el Hogar de Cristo, atiende a cerca de 30 adultos mayores con problemas de dependencia o vulnerabilidad. A pesar de los desafíos, los trabajadores han logrado mantener las prestaciones y atenciones con la mayor normalidad posible, aunque la situación sigue siendo insostenible.