El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revela una preocupante realidad: Chile está envejeciendo a un ritmo acelerado. En poco más de una década, el país ha pasado de registrar 250 mil nacimientos al año a solo 170 mil, marcando una fuerte disminución en la tasa de natalidad.
En Magallanes, las cifras reflejan una tendencia similar. Según Zalo López, director del INE en la región, la tasa de nacimientos por cada mil habitantes ha bajado significativamente. "En 2003, la tasa de natalidad en nuestra región era de 14,3 nacimientos por cada mil habitantes. Para 2017, había bajado a 11,3 y en 2021 se redujo aún más a 8,3", explicó.
Diversos estudios sociológicos y económicos indican que los cambios culturales han impactado en la decisión de tener hijos. Factores como el alto costo de la crianza, la preferencia por las mascotas en lugar de hijos, y la evolución del rol de la mujer en la sociedad —priorizando el desarrollo profesional— han influido en la drástica baja de nacimientos.
"Los matrimonios también han disminuido y la tasa de fecundidad, que mide cuántos hijos tiene una mujer en edad fértil, ha pasado de 1,3 en 2017 a 1,1 en la actualidad", detalló López.
La baja natalidad trae consigo serias implicancias para el desarrollo del país, como la disminución de la productividad, un envejecimiento excesivo de la población, menor innovación y una caída en el consumo de bienes asociados a la infancia.
"Las familias ya no se componen de seis integrantes, sino que generalmente son de tres o cuatro. Este es un fenómeno global y parece estar más ligado a factores personales y familiares que a una única razón económica", concluyó López.
Este drástico cambio demográfico plantea desafíos importantes para las generaciones actuales y futuras, obligando a repensar políticas públicas y estrategias para revertir esta tendencia.