Hilda Mayorga se ha convertido en un testimonio inspirador de dedicación y amor familiar. Desde hace dos años, ha asumido la responsabilidad de cuidar a su esposo, quien quedó postrado tras sufrir un accidente cardiovascular. Sin embargo, gracias al apoyo del centro de rehabilitación, su esposo ha logrado caminar nuevamente, mientras que Hilda recibe tratamiento para una afección en la espalda derivada de su labor de cuidado.
Esta conmovedora historia es parte del lanzamiento de un programa de rehabilitación integral, diseñado específicamente para pacientes con discapacidad leve y moderada, que al igual que Hilda, requieren apoyo. Se estima que alrededor de 430 familias serán beneficiadas con visitas regulares por parte del personal de salud.
El centro de rehabilitación ha asumido este desafío con una actitud positiva hacia el futuro, reconociendo el impacto transformador que este programa tendrá en la vida de cientos de familias en toda la región. El enfoque integral de la rehabilitación busca no solo mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino también brindar apoyo a los cuidadores, quienes desempeñan un papel fundamental en el proceso de recuperación.
Este programa representa una oportunidad invaluable para las familias que enfrentan desafíos derivados de la discapacidad, ofreciéndoles acceso a los servicios de rehabilitación necesarios para promover su bienestar y autonomía. La iniciativa refleja el compromiso de la región en garantizar la inclusión y el cuidado integral de sus ciudadanos.
La historia de Hilda Mayorga es solo una muestra de cómo el amor y la determinación pueden superar obstáculos, y cómo la implementación de programas como este puede marcar una diferencia significativa en la vida de las personas.