El 18 de septiembre de 1896, el Faro Islotes Evangelistas iluminó por primera vez las peligrosas aguas australes, dando inicio a una historia marcada por el viento, el mar y la soledad. Hoy, más de un siglo después, ese legado continúa con un hito histórico: la Cabo Primero Litoral Daniela Ortiz se convierte en la primera mujer en resguardar este inhóspito faro en el fin del mundo.
Ortiz, con su valentía y coraje, representa a una nueva generación de fareros que, enfrentando condiciones extremas, guían a los navegantes por las traicioneras aguas del sur de Chile. Su historia refleja el compromiso y la determinación que han caracterizado a los fareros desde los inicios de esta misión, marcando un nuevo capítulo en la rica historia del faro.