Rachas de viento de más de 140 km por hora, una sequía nunca antes vista que irónicamente contrasta con un aumento de lluvias, son parte de las consecuencias que el cambio climático está dejando en Magallanes y que puede llegar afectar la forma en la que está diseñada la ciudad.
Y es que Punta Arenas no es ajena a los desastres naturales. Alguna vez en nuestros años de historia, nos enfrentamos al desbordamiento del río de Las Minas y a un terremoto blanco que cubrió de nieve nuestra ciudad. Además, a pesar de no tener volcanes en el territorio, sí existen los volcanes marinos que en cualquier momento podrían erupcionar, o aunque poco probable, existe la posibilidad de temblor en esta región. Es por esto que desde la Municipalidad planean que para junio ya exista una unidad de reducción del riesgo.
Viento, nieve y precipitaciones son los principales riesgos para esta ciudad, que se espera siga resistiendo las inclemencias del clima gracias al trabajo colaborativo de todas las partes que trabajan en diseñar de manera resistente a Punta Arenas.
