El cerebro trabaja las 24 horas del día, incluso mientras dormimos, y una buena alimentación es fundamental para su funcionamiento óptimo. Consumir alimentos poco nutritivos o comida rápida a largo plazo puede contribuir al desarrollo de patologías mentales como la depresión y la ansiedad.
Según una encuesta realizada por el Grupo Cetep, un 60% de los encuestados percibe que no se alimenta de forma saludable. Además, datos del Ministerio de Salud en Chile indican que el 6,2% de las personas sufren de depresión y un 15,8% estarían bajo "sospecha de depresión". Por otro lado, una radiografía realizada por el Grupo Cetep revela que cerca del 40% de la población sufre de ansiedad.
Para mejorar la salud mental y combatir la ansiedad, la depresión y el insomnio, Camila Soto, nutricionista del Grupo Cetep, recomienda incorporar ciertos alimentos en la dieta:
- Vegetales crudos: El brócoli, la coliflor y las espinacas son excelentes fuentes de fibra, que ayudan a reducir la inflamación intestinal asociada a condiciones de salud mental. Es recomendable priorizar verduras frescas y de temporada, aunque también se pueden consumir congeladas para mantener sus nutrientes.
- Alimentos Fermentados: El kimchi, miso, yogur natural y kombucha contienen probióticos que restauran las bacterias buenas en el intestino, promoviendo un bioma intestinal saludable.
- Ácidos Grasos Omega-3: Presentes en pescados como el salmón, y semillas como las de lino y chía, los omega-3 son esenciales para la función cerebral y tienen propiedades antiinflamatorias que favorecen la salud mental.
- Vitamina D: Vital para el estado de ánimo, se puede obtener mediante la exposición al sol y alimentos como la leche enriquecida y los hongos.
- Especias: La cúrcuma, orégano, romero, jengibre y ajo no solo mejoran el sabor de las comidas, sino que también ofrecen beneficios antioxidantes y antiinflamatorios.
- Té: El té verde y la manzanilla contienen compuestos que pueden reducir la ansiedad y mejorar el sueño. La L-teanina en el té verde ayuda a la concentración y a reducir la niebla mental.
Una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales, puede mejorar significativamente el bienestar emocional y cognitivo. Además de la alimentación, es importante gestionar el estrés, mantener una actividad física regular y buscar apoyo profesional cuando sea necesario. Adoptar hábitos alimenticios saludables es un paso fundamental para lograr un bienestar integral.