Los líquenes, organismos complejos formados por la simbiosis de un hongo y una o varias poblaciones de algas fotosintéticas, han demostrado su capacidad para prosperar en los entornos extremos de la Antártica. Investigadores nacionales han descubierto recientemente que estos líquenes también podrían ser útiles en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson.
El proyecto “Metabolitos secundarios aislados de líquenes antárticos como inhibidores y estabilizadores de citoesqueletos en tauopatías”, parte del Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien) y financiado por el Instituto Antártico Chileno (INACH), está liderado por el Dr. Alberto Cornejo Mora, académico e investigador del Laboratorio CATEM de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello (UNAB).
En colaboración con el grupo de productos naturales dirigido por el Dr. Carlos Areche de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, el equipo ha identificado una serie de metabolitos secundarios sintetizados por el hongo del líquen, que podrían tener propiedades farmacológicas prometedoras.
Las enfermedades neurodegenerativas representan una carga significativa para la salud pública a nivel global, y se espera que su incidencia se triplique para 2040 debido al envejecimiento de la población. Además, muchos pacientes padecen otras condiciones de salud como diabetes y artritis reumatoide, lo que agrava su situación.
El Dr. Cornejo señala que los medicamentos actuales solo tratan los síntomas y no pueden revertir las enfermedades. “Desde el punto de vista terapéutico, el tratamiento para ambas enfermedades está orientado a la sintomatología y enfocados en el tratamiento de la demencia asociada con la enfermedad de Alzheimer y en la restitución de L-DOPA en el caso del párkinson. Pero es bien conocido el hecho de que los medicamentos recetados para tratar casos de demencia (Donepezilo) y de síntomas motores (Levodopa), no son capaces de revertirlos”, explicó.
El equipo liderado por Cornejo ha logrado aislar varios compuestos de los líquenes con propiedades inhibitorias de la formación de agregados tóxicos en proteínas asociadas con enfermedades neurodegenerativas. Entre estos compuestos, destaca el ácido fumarprotocetrárico, aislado del líquen Cladonia cariosa en la bahía Fildes en la isla Rey Jorge.
El ácido fumarprotocetrárico ha demostrado su capacidad para inhibir la formación de agregados tanto de la proteína tau como de la proteína alfa-sinucleína, asociadas con el alzhéimer y el párkinson, respectivamente. Estos hallazgos representan un avance significativo en la búsqueda de tratamientos efectivos para estas afecciones debilitantes.