Esta semana, el senador Alejandro Kusanovic se reunió con integrantes de comunidades indígenas, representantes de la pesca artesanal y de la acuicultura, para abordar las preocupaciones en torno al Plan de Manejo para la Reserva Kawésqar. Este plan, encargado por la CONAF a la ONG extranjera Pew (The Pew Charitable Trusts), ha generado inquietud debido a los efectos potenciales que tendría para la región y sus habitantes.
Durante la reunión, los participantes acusaron una falta de participación real en la formulación del plan. Señalaron que la comunidad magallánica y sus diversas perspectivas no han sido adecuadamente consideradas, permitiendo que la ONG a cargo imponga sus intereses sobre los de los habitantes locales.
Juan Gonzalez Álvarez, integrante de la comunidad Kawésqar Anacón Sin Salida, expresó su preocupación por la intervención de externos en la región: "El plan fue elaborado por gente de afuera que no conoce la realidad de la región. Lamentablemente, nosotros como indígenas nos hemos dado cuenta que esto puede ser perjudicial para todo el sector que trabaja en la región. Esto es transversal, no es de izquierda o de derecha; se nota que quieren apoderarse de toda la región a través de parques y diferentes cosas que hay que evitar".
Francisca Rojas, gerente general de la Asociación de Salmoneros de Magallanes, destacó que la aprobación del plan, tal como está planteado, implicaría la destrucción de la industria en la región. "El Plan es muy explícito al señalar que no se pueden renovar las concesiones dentro de la reserva. Esto limitaría de inmediato las inversiones, lo que sería dramático, considerando que la industria emplea a más de 4,000 personas y genera más de 600 millones de dólares en exportaciones, representando más del 22% del PIB regional".
Por su parte, Patricio Ampuero, presidente del Sindicato Independiente de Pescadores y Armadores Artesanales, manifestó que "para la pesca artesanal, este Plan es nefasto por la magnitud de áreas que abarca, que son más de 2,800,000 hectáreas. Además, nos califican de amenaza, y nunca fuimos convocados desde el inicio. Es un retroceso para toda la región, elaborado de forma autoritaria y sin consolidarse con las bases".