Una adulta mayor de 65 años, con discapacidad visual, acudió a nuestro medio para denunciar la falta de celeridad y respuesta adecuada por parte de centros asistenciales de salud mental ante una situación que terminó con ella gravemente agredida por su propio hijo, quien padece esquizofrenia.
Según relató, el hecho ocurrió luego de que su hijo sufriera un episodio de descompensación, presuntamente tras un cambio en su medicación. La mujer aseguró que intentó prevenir la situación alertando tanto al COSAM de Miraflores, donde su hijo recibe tratamiento, como a la unidad de psiquiatría del Hospital Clínico de Magallanes, sin obtener la respuesta esperada. “Llamé para avisar que mi hijo estaba muy inquieto con la nueva medicación, pero no me ayudaron. En el COSAM me dijeron que debía esperar hasta el lunes porque el médico no estaba, y que el tratamiento estaba bien indicado”, denunció la mujer.
Poco después, su hijo la golpeó hasta dejarla inconsciente. Fue una vecina quien la auxilió y llamó al SAMU, que la trasladó al hospital para constatar lesiones. A raíz de la denuncia, actualmente la mujer cuenta con medidas de protección dispuestas por el Ministerio Público, incluyendo rondas policiales periódicas y un canal de contacto prioritario por un plazo de 30 días. “Esto pudo evitarse si hubieran respondido a tiempo. Es inaceptable que una madre tenga que rogar por ayuda cuando su propio hijo, en medio de una crisis, se convierte en un peligro”, declaró con firmeza.
La situación vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de mejorar la atención en salud mental, especialmente en casos de alta complejidad, donde los tiempos de respuesta pueden marcar la diferencia entre prevenir una tragedia o enfrentar sus consecuencias.
