La actual sequía que afecta al Canal de Panamá ha generado un descenso en su operación, planteando interrogantes sobre la posibilidad de que el Estrecho de Magallanes recupere su relevancia como el principal paso naval entre el Pacífico y el Atlántico. A pesar de la importancia del Canal de Panamá y su afluente vital, el Lago Gatún, que alimenta sus operaciones, la sequía actual ha resaltado la necesidad de considerar alternativas para el tránsito de buques.
La magnitud de la situación en el Canal de Panamá es evidente: un solo barco requiere 200 millones de litros de agua para navegar por este paso marítimo. Si se multiplica por los más de 14 mil buques que atraviesan anualmente, se comprende la gravedad del desafío. Ante esta realidad, surge la interrogante de si el Estrecho de Magallanes podría asumir un papel protagonista en el futuro.
A pesar de la complejidad del escenario, algunos expertos señalan que la posibilidad de que el Estrecho de Magallanes se convierta en el principal paso entre ambos océanos es, por el momento, una perspectiva utópica. Ronald Baasch, profesor de la Escuela Naval destaca que "es probable que las autoridades en Panamá estén evaluando soluciones a largo plazo, mientras la rebaja en la operación es la medida más inmediata".
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Este dilema tiene implicaciones significativas para la economía nacional, dado que Chile es el cuarto país que más utiliza el Canal de Panamá para sus importaciones, después de Estados Unidos, China y Japón. Si bien hasta ahora la reducción en el tránsito de buques ha sido la principal consecuencia, la incertidumbre en torno al Canal de Panamá podría llevar a un replanteamiento en la planificación logística y comercial del país.
