Un equipo internacional de investigadores, encabezado por el geólogo chileno Joaquín Bastías-Silva de la Universidad Santo Tomás, ha publicado un revelador estudio en la revista Communications Earth & Environment, arrojando nuevas luces sobre los procesos de subducción en la Antártica. Este trabajo, parte del Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien), proporciona una visión sin precedentes de los mecanismos tectónicos que han moldeado el Continente Helado.
La subducción es un proceso geológico donde una placa tectónica se hunde bajo otra, fenómeno bien conocido en Chile debido al constante choque entre la placa Sudamericana y las placas de Nazca y Antártica. Este proceso es responsable de terremotos, erupciones volcánicas y la formación de yacimientos de cobre, vitales para la economía nacional.
El estudio se centra en el análisis de las composiciones isotópicas de los magmas generados en zonas de subducción. Utilizando técnicas avanzadas de geoquímica, geocronología e isotopía, el equipo reconstruyó la historia magmática de la península Antártica durante los últimos 250 millones de años, desde el Mesozoico hasta el Cenozoico. Estos hallazgos ofrecen una perspectiva única sobre los procesos tectónicos de la región.
El equipo buscaba confirmar si las tendencias observadas en otras regiones de subducción, como Los Andes, el suroeste de Estados Unidos y el Tíbet, se repetían en la península Antártica. Sin embargo, encontraron que la Antártica presenta condiciones únicas. A diferencia de otros arcos continentales, no existe una asociación clara entre la composición isotópica de los magmas y su distribución espacial en la península Antártica.
“En otras regiones, la composición isotópica varía con la distancia al margen continental, pero eso no ocurre en la península Antártica, lo que nos abre muchas preguntas sobre los mecanismos subyacentes”, explicó Bastías-Silva. Mientras que en otros arcos cordilleranos se observa una correlación entre las composiciones isotópicas y la distancia de estos magmas hasta el margen del continente, en la península Antártica, los magmas evolucionan con el tiempo, independientemente de su ubicación espacial.
La península Antártica es un laboratorio natural único para estudios geológicos, registrando una evolución continua desde el Triásico (hace 220 millones de años) hasta el Mioceno (hace 22 millones de años). Esto permite a los científicos estudiar un sistema de subducción a lo largo de 200 millones de años, ofreciendo una perspectiva única sobre las dinámicas tectónicas.