Un equipo de investigadores del Instituto Antártico Chileno (INACH), en colaboración con científicos peruanos, ha llevado a cabo un estudio pionero en la Antártica, enfocado en cómo los microplásticos y nanometales afectan al kril antártico, un organismo fundamental en la cadena alimentaria del océano Austral. Esta investigación se realizó a bordo del buque polar BAP Carrasco, analizando el impacto de estos contaminantes emergentes en la salud y función ecológica de la especie.
Desde 2020, el INACH ha monitoreado la distribución y abundancia del kril en isla Nelson y bahía Fildes, áreas cruciales para la alimentación de los pingüinos barbijo y papúa que anidan en punta Armonía. Durante la LXI Expedición Científica Antártica (ECA 61), se utilizó tecnología hidroacústica para evaluar la población de kril, cubriendo más de 500 kilómetros en un recorrido de dos días.
"Con mucho esfuerzo ya hemos efectuado cinco años de monitoreo sincronizado de la actividad de alimentación y reproducción de pingüinos y la disponibilidad acústica de kril. Este tipo de estudios son escasos en el mundo, especialmente en ambientes polares, y permitirán entender mejor la dinámica interanual del kril y cómo los depredadores tope responden cada año", explicó Francisco Santa Cruz, investigador del INACH y del Instituto Milenio BASE.
La colaboración entre Chile y Perú permitió también desarrollar un experimento de laboratorio para evaluar cómo los microplásticos y nanometales afectan los rasgos fisiológicos y moleculares del kril antártico.
"Estos contaminantes son de creciente preocupación en el océano Austral, por lo que es esencial evaluar su impacto potencial sobre el kril, una especie fundamental para los ecosistemas marinos antárticos", añadió Santa Cruz.
El experimento se realizó en acuarios con sistemas de recirculación de agua de mar, recolectando kril vivo mediante redes de plancton. Posteriormente, los individuos fueron aclimatados y sometidos a tratamientos de exposición a estos contaminantes emergentes.
La siguiente etapa del estudio se llevará a cabo en los laboratorios del INACH en Punta Arenas. Se analizará el microbioma del tracto digestivo del kril para determinar si las micro y nanopartículas afectan su digestión, así como la expresión de genes del hepatopáncreas para identificar si estos contaminantes alteran su eco-fisiología molecular.
"Queremos saber cuáles procesos biológicos de ese órgano podrían verse afectados", detalló Santa Cruz.
El estudio forma parte del proyecto de Fomento a la Vinculación Internacional, titulado "Desarrollo tecnológico para cultivo y mantención de kril antártico bajo condiciones de cautiverio en acuarios de exhibición del Centro Antártico Internacional". El proyecto es financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo y liderado por los investigadores del INACH Rodolfo Rondón y Alejandro Font.
El objetivo es establecer una red de colaboración científica tanto nacional como internacional, para profundizar en el conocimiento sobre esta especie clave del ecosistema antártico y sus respuestas frente a la contaminación emergente.