En una decisión que el subdirector interino del Liceo Politécnico Cardenal Raúl Silva Henríquez, Julián Mancilla Pérez, calificó como “durísima” y que afecta “en el alma” a la comunidad educativa, tres estudiantes del establecimiento fueron expulsados tras verse involucrados en una riña callejera en agosto pasado. La medida, que siguió los protocolos establecidos por el colegio y el programa Aula Segura, busca sancionar con severidad los hechos de violencia que tuvieron lugar en los alrededores del liceo, ubicado en el sector norponiente de Punta Arenas.
A pesar de la resolución administrativa, los padres de dos de los estudiantes afectados no han dejado el caso ahí. Presentaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones con la intención de revocar la decisión.
Mancilla explicó que la expulsión se impuso tras una exhaustiva investigación interna realizada por una fiscal designada por el equipo de gestión del liceo. Esta investigación incluyó entrevistas tanto a los alumnos involucrados como a sus apoderados, lo que llevó a la propuesta de sanción. “No es fácil aplicar estas sanciones, sobre todo cuando conoces a los alumnos y a sus familias, pero se tomó la decisión que correspondía”, subrayó Mancilla.
A pesar de que los padres de los alumnos apelaron ante el Consejo de Profesores, este organismo consultivo ratificó de manera unánime la cancelación de las matrículas de los tres estudiantes, dos de primero medio y uno de tercero. Sin embargo, aún tienen la posibilidad de recurrir a la Superintendencia de Educación o los Tribunales para intentar revertir la medida.
El subdirector enfatizó que el proceso fue llevado a cabo de manera justa y siguiendo el debido proceso. Señaló que la gravedad del incidente, que involucró violencia entre alumnos y apoderados, dejó poco margen de maniobra, según los lineamientos del programa Aula Segura. "Cuando niños golpean a apoderados o apoderados quieren agredir a estudiantes, es algo muy grave", afirmó.
La comunidad educativa también exigió que se tomaran medidas drásticas, y así se hizo, con el respaldo unánime del Consejo de Profesores.
Este no es el primer incidente violento en el liceo, que cuenta con una matrícula de 366 estudiantes. El año pasado, otro caso grave involucró a un estudiante que ingresó al establecimiento portando un arma de fuego, lo que también generó preocupación en la comunidad educativa y llevó a la intervención de las autoridades.
Finalmente, Mancilla señaló que la Secretaría Regional Ministerial de Educación será la encargada de reubicar a los estudiantes expulsados en otros establecimientos educativos.