La situación del transporte público en Punta Arenas ha llegado a un punto crítico. Con solo 30 buses en funcionamiento, lo que equivale al servicio de un día sábado en plena semana laboral, la falta de soluciones y el deterioro de los vehículos ha generado una profunda incertidumbre. Esto ha provocado la preocupación tanto de los usuarios como de los trabajadores de Ascendal, la empresa a cargo de la operación de los buses.
El reciente comunicado de Vía Alerce, la nueva empresa que debería asumir el contrato de transporte público, ha dejado claro que no iniciarán sus operaciones mientras persistan las irregularidades relacionadas con el mal estado de los buses, lo que compromete la seguridad del tránsito. Esta mañana, trabajadores de Ascendal se reunieron con el diputado Carlos Bianchi, el senador Karim Bianchi, y el subsecretario de transportes, mediante una reunión telemática, para abordar el grave problema.
Rodrigo Hernández, seremi de Transportes de Magallanes, indicó que Ascendal seguirá operando durante los próximos 30 días. Durante este periodo, la empresa debe asumir la responsabilidad de reparar los buses dañados. Sin embargo, la incertidumbre crece, ya que el 5 y 6 de octubre marcarán el fin de los contratos de muchos trabajadores con Ascendal. Además, según fuentes, un 50% de los choferes no estaría dispuesto a seguir trabajando debido a las malas condiciones de los servicios prestados.
Tanto el diputado como el senador Bianchi han mostrado su disconformidad con las gestiones del seremi Hernández, cuestionando su capacidad para manejar la crisis del transporte. Ambos parlamentarios se comprometieron a elevar la situación a la Comisión de Transporte de sus respectivas cámaras, en un intento de buscar soluciones urgentes que garanticen un transporte público seguro y eficiente para la comunidad.
Mientras tanto, los trabajadores de Ascendal, muchos de los cuales temen perder sus empleos, esperan con ansias una solución que estabilice el sistema y ofrezca condiciones laborales adecuadas. La situación ha dejado a Punta Arenas con un servicio público reducido y a la espera de decisiones que podrían marcar el futuro del transporte en la región.