La escasez de lluvia amenaza las operaciones del Canal de Panamá, que representa el 6% del comercio marítimo mundial.
Los lagos artificiales que abastecen de agua al canal se han visto afectados por la sequía, lo que ha llevado a la limitación del calado de los buques más grandes por quinta vez.
Además, la falta de agua también ha generado preocupación por posibles conflictos entre la población y el canal, ya que la cuenca del canal también abastece de agua a más de la mitad de la población del país. Las autoridades buscan alternativas para garantizar las operaciones del Canal a largo plazo y la Defensoría del Pueblo de Panamá ha instado al gobierno a garantizar el acceso al agua potable como un derecho humano básico.