Jennifer Conejero, psicóloga infanto-juvenil de Clínica Santa María, destacó los beneficios que podría traer esta regulación. “Estar sin celular favorece la atención y la concentración, además de potenciar las habilidades de comunicación interpersonales”, señaló Conejero.
Según la especialista, la falta de un dispositivo móvil obliga a los niños a interactuar con sus pares durante el recreo, lo que puede estimular su creatividad, habilidades cognitivas y desarrollo social.
La psicóloga también destacó que la ausencia de celulares permite a los estudiantes enfrentar y reconocer posibles dificultades en la interacción social, las cuales suelen ocultarse con el uso excesivo de pantallas.
A pesar de que los estudiantes pueden llevar sus celulares para utilizarlos después de clases, la psicóloga enfatizó que los colegios deben contar con canales adecuados para que los alumnos se comuniquen con sus apoderados en caso de ser necesario, lo que elimina la necesidad de tener un teléfono durante el horario escolar.
Esta medida promete ser un paso importante hacia la mejora del ambiente educativo y el desarrollo integral de los niños, priorizando su bienestar y crecimiento personal.