Desde el 3 de noviembre comenzó la paralización de los guardaparques en la región de Magallanes, en uno de los sitios más icónicos de la zona: Torres del Paine. La movilización se extendió a nivel nacional con parques nacionales cerrados, lo que ha afectado a la industria del turismo, uno de los gremios más golpeados por la pandemia, justo en la antesala de la época estival.
Este viernes, las organizaciones sindicales representadas por la Federación Nacional de Sindicatos de Conaf (Fenasic) y el Sindicato Nacional de Guardaparques y Trabajadoras/es de las Áreas Silvestres Protegidas (SNGP), señalaron que pese a la solicitud de los Ministros de Agricultura y Medio Ambiente, de posponer el paro hasta entregarles respuestas con plazo 25 de noviembre, decidieron continuar con las movilizaciones hasta no recibir una respuesta concreta por parte del Gobierno.
En el marco de la tramitación del Presupuesto nacional 2023, la diputada Javiera Morales intervino en el Congreso, donde solicitó al Ejecutivo que “se incluya en el protocolo o se presenten indicaciones para que la mesa sostenida entre las autoridades y los gremios tenga viabilidad económica”.
Frente a la insatisfacción de la propuesta recibida, los guardaparques anunciaron el endurecimiento de las medidas de presión, cerrando el ingreso de visitantes a un mayor número de Parques y Reservas Naturales, como Monumentos y Santuarios Naturales a lo largo del país.
En dicho contexto, hicieron un llamado a Conaf a no generar ante los usuarios y visitantes una “sensación de normalidad”, debido a que “se pone en riesgo la integridad de las personas y además se aumenta la probabilidad de incendios forestales”, puntualizaron en su comunicado diario.
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