Con emoción y esperanza, las 14 familias beneficiarias del futuro condominio “Francisco Bettancourt” recorrieron por primera vez las obras de sus viviendas definitivas en el sector sur de Punta Arenas, acompañadas por el seremi de Vivienda y Urbanismo, Marco Uribe Saldivia, y el director regional (s) del SERVIU, Omar González Asenjo.
El conjunto habitacional está destinado a personas reconocidas como víctimas de prisión política y tortura en el marco del Informe Valech, y rinde homenaje a Francisco Bettancourt Bahamonde, el único detenido desaparecido calificado en la región de Magallanes y la Antártica Chilena. “Este proyecto, impulsado en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, beneficiará principalmente a personas mayores que han esperado toda una vida por un hogar. Nuestro compromiso es entregarles las viviendas este mismo año”, destacó el seremi Marco Uribe.
El condominio contempla 14 viviendas individuales de 64 m², una de ellas adaptada para personas con movilidad reducida. Todas las casas incorporan calefacción central, ventanas de termopanel, aislación térmica y terminaciones interiores completas, bajo altos estándares de eficiencia energética. Actualmente, el avance de obra alcanza el 50%, y se espera su entrega para fines de 2025.
Por su parte, Omar González explicó que el condominio contará con una calle interior, cierre perimetral, cableado soterrado y acceso expedito a transporte y servicios de salud. “Además, las familias ya están trabajando con la entidad patrocinante en la conformación de la copropiedad que administrará los espacios comunes del recinto”, precisó.
El proyecto forma parte del Plan de Emergencia Habitacional del Minvu y es ejecutado por la empresa Salfa S.A., con inversión de $1.493 millones, financiados a través del Fondo Solidario de Elección de Vivienda (DS49) y aportes del Gobierno Regional.
La visita a las obras fue especialmente significativa para las familias beneficiarias. Carlos Speake Vidal, uno de los representantes, expresó: “Este proyecto representa un acto de reparación. Es fruto de una larga lucha, de una historia que en esta región también demandaba justicia”.
Pamela Saldivia, otra beneficiaria, agregó: “Después de más de 10 años de espera, por fin esto se está concretando. No imaginábamos que avanzaría tan rápido, y estamos profundamente agradecidos”.
En la construcción actualmente trabajan 53 personas, entre ellas siete mujeres, lo que también refleja un compromiso con la inclusión laboral y la equidad de género.
Para las y los beneficiarios —cuyas edades oscilan entre los 69 y 93 años— este avance representa no sólo el cierre de una larga espera por una solución habitacional, sino también una reparación simbólica y concreta por las violaciones a los derechos humanos sufridas en dictadura.
