Un profundo dolor vive la familia de Gabriela Arostoa y su hija Catalina, luego de que su perrita “Peca”, una poodle de 13 años, falleciera tras ser atacada por un perro de raza pitbull que era paseado sin correa ni bozal. El trágico hecho ocurrió el martes 15 de abril en el barrio Prat, a solo metros de su hogar.
Según relató Gabriela a La Prensa Austral, el pitbull cruzó la calle y se abalanzó directamente sobre “Peca”, sujetándola del cuello. “Intentamos todo para salvarla, metimos las manos, gritamos, pero no la soltaba”, recordó. Tras varios minutos de angustia, la perrita quedó inconsciente y fue llevada de urgencia a una clínica veterinaria. Sin embargo, murió dos días después, el jueves 17 de abril, producto de la gravedad de sus heridas.
A la tragedia se suma la indiferencia del dueño del pitbull, quien se retiró del lugar sin prestar ayuda e incluso interpuso una denuncia contra la familia afectada, acusándolos de supuestas agresiones durante el incidente.
Catalina, visiblemente afectada, declaró que la pérdida ha sido devastadora. “Ella no era solo una mascota, era parte de nuestra familia. Me ayudó a superar crisis de pánico, me acompañó en mis peores momentos”, expresó.
La familia presentó una denuncia formal ante la PDI y ha iniciado una cruzada para modificar la actual Ley de Tenencia Responsable, señalando que la normativa es insuficiente ante situaciones como esta. “Esto no fue un accidente. Nos mataron a Peca desde nuestra propia casa. Y lo más indignante es que podría volver a pasar si no se actúa”, denunció Catalina.
Por su parte, Gabriela hizo un llamado urgente a las autoridades: “No hay justicia para los animales. No hay sanción para quienes permiten esto. Pedimos que la muerte de Peca no quede impune”.
