La reciente revelación sobre el presunto hallazgo ruso de una de las mayores reservas de petróleo del planeta en la Antártica ha reavivado el debate sobre la soberanía y los compromisos internacionales en el continente blanco.
Según un informe publicado por el medio británico The Telegraph, un buque de investigación ruso habría informado a Moscú sobre el hallazgo de aproximadamente 511.000 millones de barriles de petróleo durante estudios en la región antártica. Este descubrimiento se habría realizado en un territorio reclamado por el Reino Unido, Argentina y Chile, lo que ha generado tensiones diplomáticas.
En conversación con la investigadora del Instituto Milenio BASE, abogada de la Universidad de Chile y coordinadora del Programa de Estudios Antárticos de la Facultad de Derecho de la misma universidad, Giovannina Sutherland, se abordaron las implicaciones legales y geopolíticas de este hallazgo. Sutherland recordó que, según la Secretaría del Tratado Antártico, el continente debe ser utilizado exclusivamente para fines pacíficos y de investigación científica. Además, el tratado promueve la divulgación libre y entre las partes sobre los hallazgos realizados en la zona.
El Tratado Antártico, firmado en 1959 y en vigor desde 1961, establece la Antártica como una reserva natural dedicada a la paz y a la ciencia. Este acuerdo prohíbe cualquier actividad de explotación de recursos minerales, incluyendo petróleo, hasta 2048, cuando el tratado podrá ser revisado.
La noticia del presunto hallazgo ha avivado el debate sobre la necesidad de cumplir con los compromisos internacionales que protegen la Antártica. Se teme que la explotación de recursos naturales en el continente podría desatar una carrera por el control y uso de estos recursos, poniendo en riesgo los delicados ecosistemas y la estabilidad geopolítica de la región.
